Hoy, 13 de abril, es el Día Internacional del Beso, y no hay mayor muestra de afecto, mejor expresión corporal y manera más adecuada de romper nuestro aislamiento como humanos. Vivimos encerrados en torres de oro donde podemos sentirnos seguros, pero el mundo está ahí fuera, la gente conforma un universo de sentimientos que merece la pena conocer. La vida es hermosa, pero a veces hay que saltar sin red y ver qué pasa. Y a veces incluso sale bien.
«La reina demonio del río Isis» no es sólo una apasionante novela de aventuras (y aquí empieza la parte de autobombo), es un viaje iniciático a lo largo del Árbol de la Vida, es una ascensión a través de las diez esferas de la Cábala, los distintos segmentos del cuerpo humano, los chakras y el ritual de los diez besos.
A la hora de escribir la novela, se me ocurrió diseñar una antiquísima enseñanza tribal por la que las mujeres dominaban la conciencia de los hombres, a través de un rito mágico progresivo que se transmitía de madres a hijas, en secreto. Basada en tradiciones auténticas de los continentes africano e indio, esta historia se va desgranando capítulo a capítulo, hasta completar el total de diez esferas. Hasta llegar a lo más alto del Árbol de la Vida.
Así, éste es el comienzo de «La reina demonio del río Isis»:
El lugar se llamaba «La Casa de los Diez Placeres», un templo de piedra de los tiempos de Aníbal convertido en burdel, en el mismo corazón del zoco. Su reina era una poderosa dama del mercado negro llamada Anofis, de quien se decía que tenía el alma de un demonio encarnado en mujer.
El día en que Allan Quatermain se infiltró en Basser, todos le dijeron que tenía que visitar la Casa de los Diez Placeres, y allí le recibió la mismísima Anofis en persona. Ella supo desde el principio que Quatermain era un espía del Imperio británico e, igual que él pretendía engañarla y atraerla a su causa, ella haría lo imposible para que traicionara al ejército y se uniera a los muchos hombres que ya formaban parte de su camarilla. Era célebre el elevado número de varones que servían a Anofis en su hogar, de una u otra forma.
Pero Quatermain era más duro que la mayoría.
Para tentarlo, Anofis le explicó que hay diez tipos de besos que puede dar una mujer para dominar a un hombre, y que en ellos está encerrada la sabiduría del mundo entero. Antiguamente las mujeres eran las guardianas del saber en las tribus, y durante siglos aprendieron las unas de las otras junto a las hogueras, de modo que el conocimiento perdurara. Formaban una hermandad secreta que gobernaba por encima de los gobiernos. Así, decidieron que los hombres tendrían el poder sobre las tribus y, mediante el saber arcano de los besos, ellas tendrían el poder sobre los hombres.
Son diez los tipos de besos igual que diez son los números básicos, diez los cuerpos celestes del Sistema Solar, diez las esferas de la Cábala y también diez las regiones del cuerpo humano, y todos ellos están relacionados, pues los seres vivos no son sino una pieza más del engranaje del cosmos, y todas las mujeres son magas y conocen los secretos de la creación.
El primer beso que le enseñó, y que ocupa el número diez en el orden de la seducción, se denomina Nimur o beso sencillo. En él los labios de los amantes se encuentran por primera vez y se rozan, mostrándose una intención sutil. Las bocas están cerradas y el beso se deposita en la misma punta de los labios, brevemente. Es más una promesa de futuro que una realidad. Es el receptáculo para todos los demás besos, y por eso se asimila con Malkut, la más baja de las esferas de la Cábala, donde se inicia el viaje ascendente hacia la plenitud. También se relaciona con el primer chakra, Muladhara, que a su vez se corresponde con los pies. Dentro del Sistema Solar se asocia con la Tierra, de la que provenimos, y por ello en algunas culturas se denomina el beso de la Tierra.
Es, por tanto, el comienzo de la verdadera relación entre dos personas, que nace de su expresión física y terminará con la espiritual.
A Allan Quatermain le gustó mucho, y dijo que quería conocer más besos.
Es, por tanto, lógico que yo rinda este homenaje al Día Internacional del Beso, por lo que significa el Beso como transmisión del Alma.
Próximamente más sobre los besos…
Gabriel !!,tengo que leer tu libro .Acuerdate q el martes es la tertulia en Bueu y la presentación de «Una obra maestra «,si puedes me avisas así nos
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Eres genial, una de las personas más increíbles que he conocido, y ese blog tuyo es delicioso. Espero que mi novela te guste al menos la mitad de lo que me gusta tu blog, con eso ya sería todo un logro.
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