Imagen: De Tango7174 – Trabajo propio, GFDL,
https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=14943806
Matera es una pequeña ciudad del sur de Italia que actualmente alberga a unos sesenta mil habitantes. Su sorprendente particularidad es el hecho de haber estado habitada, casi de forma ininterrumpida, desde el Paleolítico. Los Sassi di Matera, el elemento más distintivo de su fisonomía y que le ha valido para ser nombrada Patrimonio de la Humanidad, consisten en unas ancestrales viviendas excavadas en la roca caliza, que constituyen los primeros asentamientos conocidos en Italia. Estas grutas están llenas de secretos, pinturas rupestres y restos arqueológicos de épocas muy diversas. No en vano casi todas las culturas humanas han pasado por allí: romanos, lombardos, sarracenos, normandos, aragoneses, también los poderosos Orsini, José Bonaparte e incluso los nazis. De hecho el nombre de la ciudad se debe al de Quinto Cecilio Metelo, el Numídico (que ganó el apodo al ser reconocido por el Senado de Roma por sus victorias en Numidia frente a Yugurta).
Los Sassi han llamado la atención del mundo occidental desde hace largo tiempo, pero han obtenido nueva fama durante el siglo XX, atrayendo a numerosos cineastas, entre ellos Mel Gibson, que rodó allí su película «La pasión de Cristo».
Pero, si estas grutas ya podrían parecernos interesantes, la más curiosa de todas es la llamada Cripta del Peccato Originale, un espacio subterráneo tan plagado de pinturas que le han otorgado el sobrenombre de «La Capilla Sixtina del Arte Rupestre». Hogar durante el siglo IX d.C. de monjes benedictinos provenientes del este de Europa y Asia Menor, a los que se considera autores de las pinturas, la cripta guardó sus secretos durante siglos en la más completa oscuridad, hasta que fue descubierta en 1963, posteriormente estudiada durante los años 80 y declarada Patrimonio de la Humanidad en 1993. En 2005 fue abierta al público, y en 2016 reinaugurada tras una importante restauración.
La Cripta del Peccato Originale, también denominada Cueva de los Cien Santos, muestra en sus paredes algunos de los más antiguos y bellos ejemplos del arte cristiano, plagada como está de frescos que representan a los Apóstoles, los Arcángeles, la Virgen María, el Niño Jesús, la Creación del Hombre (setecientos años antes de que lo hiciera Miguel Ángel) o el que le da nombre, la imagen de Adán y Eva comiendo el fruto del Árbol del Conocimiento, lo que les lleva a descubrir que están desnudos y ser expulsados del Paraíso.
Curiosamente, en Matera el «fruto prohibido» no está representado como una manzana, sino como un higo, ya que la idea de que ese fruto fuera una manzana no estaba tan clara como hoy en día. En el Génesis tan sólo se habla de un «fruto» del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, sin especificar de qué fruto se trataba, por lo que las representaciones han ido variando a lo largo de las épocas. Distintas teorías sostienen que el hecho de identificarlo con la manzana alude al componente erótico de la historia (Eva tienta a Adán, en forma de fruto prohibido), ya que las manzanas tenían importantes connotaciones eróticas en el mundo antiguo y eran utilizadas en diversos rituales por todo el mundo (recordemos los mitos del Juicio de Paris, el Jardín de las Hespérides o las manzanas doradas de Idun, que garantizaban la inmortalidad de los dioses nórdicos). También se cree que podría tener que ver con un juego de palabras entre «manzana» y «mal», en cuanto a que el Hombre conoció el Mal a través de ese fruto. Y algunos sostienen que sólo fue un error de traducción al escribir la Vulgata.
Por su parte, las serpientes en el mundo antiguo eran consideradas animales mágicos capaces de desafiar a la muerte, por aquello de mudar su piel, y eso hizo que Asclepio, el dios de la Medicina, llevara una serpiente enrollada en su báculo, como símbolo. Algo parecido se narra en el mito hindú de la serpiente kundalini.
Éstos y muchos secretos más se encuentran en la Cripta del Peccato Originale, hogar de ritos arcanos, órdenes monásticas olvidadas y mitologías perdidas en las nieblas confusas de la Alta Edad Media. Los expertos afirman que aún queda mucho por descubrir de aquellos tiempos y, mientras, los turistas recorren unas grutas que llevaban demasiado tiempo calladas.
Quién sabe lo que puedan llegar a contarnos en las próximas décadas, y las consecuencias que sacaremos de esos conocimientos.
Podéis ver un vídeo de VisitMatera.com en este enlace.
Más «Historias asombrosas de la vida real» en este otro enlace.
Pingback: Historias asombrosas de la vida real: El fastuoso Palacio sumergido de Jal Mahal – Gabriel Romero de Ávila
Pingback: 10 asombrosas aventuras en lugares exóticos que descubrimos durante este 2017. – Gabriel Romero de Ávila