
Tal día como hoy del año 1866 nació Robert LeRoy Parker, conocido como Butch Cassidy. Forajido, ladrón de bancos y ganado, asaltatrenes y asesino, su figura se convirtió en una de las reconocidas de aquella época de cuatreros del Salvaje Oeste, cuando hombres y mujeres sin escrúpulos recorrían los pueblos en busca de fortuna, dispuestos a cualquier cosa para triunfar.
Desde muy joven se unió a diversos compañeros para formar bandas organizadas que le permitieran atacar trenes o desvalijar bancos a punta de pistola. El primero de estos compañeros, y podríamos decir que su maestro, fue Mike Cassidy, un ladrón de ganado al que conoció cuando trabajaba como mozo en un rancho y que fue quien le convenció para abandonar la vida honrada. De él tomó su apellido de forajido, y el nombre de Butch por haber trabajado un tiempo como carnicero («butcher»).
Durante los siguiente años, Cassidy se unió a personajes de fama tan terrible como Elzy Lay, Harvey «Kid Curry» Logan, Ben Kilpatrick o Harry Tracy. Sin embargo, nadie estuvo tanto tiempo a su lado como Harry Alonzo Longabaugh, conocido como Sundance Kid, un ladrón de caballos que había tomado su apodo del hecho de haber cumplido una sentencia de dieciocho meses en la prisión de Sundance, en Wyoming. Juntos lideraron la banda llamada The Wild Bunch.
Esas fueron las épocas más felices de su vida. La banda de Butch Cassidy y Sundance Kid llevó a cabo la serie de atracos a bancos más larga de la historia del Lejano Oeste, lo que los convirtió en leyendas, sobre todo a ellos dos. Cuando Cassidy obtuvo suficiente dinero, compró un rancho en Wyoming que sirvió de escondite a todos sus afiliados. También por esa época, Cassidy inició una relación amorosa con Ann Bassett, una ranchera que le servía de ayuda en sus golpes, mientras Sundance Kid hacía lo propio con Etta Place —las malas lenguas afirmaron que ambas mujeres eran la misma, que se veía con uno y con otro indistintamente, hasta que eligió quedarse con Sundance y se casó con él. Pero no existen pruebas definitivas sobre esa idea—.
Al final las cosas se pusieron difíciles. La agencia de detectives Pinkerton les seguía los pasos de cerca y en 1901 tuvieron que marcharse a Sudamérica, ellos dos con Etta Place. Cassidy se despidió de Anne Bassett y nunca volvió a verla. Intentaron establecerse en Argentina, Chile y Bolivia, pero sus continuos asaltos atrajeron la atención de las fuerzas del orden locales, que no les dieron tregua. Desesperado, Sundance Kid envió a Etta Place de regreso a San Francisco. Una noche la persecución se volvió definitiva y un pelotón de soldados bolivianos los rodeó en una cabaña. Era 1908. Después de un largo tiroteo, ambos murieron.
Después de eso, nació la leyenda. Algunas voces afirmaron que habían logrado escapar y que vivieron en secreto durante varias décadas más en los Estados Unidos, visitando incluso a su familia y sus viejos amigos de prisión. De un modo u otro, sus nombres se hicieron inmortales y sus historias protagonizaron desde entonces multitud de novelas y películas, rodeando al Wild Bunch de un halo ficticio de «forajidos buenos», que durante los robos a bancos solo amenazaban, supuestamente sin matar. Una de las versiones más conocidas es «Dos hombres y un destino», protagonizada por Robert Redford y Paul Newman. Cuando Redford, años después, organizó un festival de cine independiente en Salt Lake City, decidió llamarlo Festival de Sundance.

El mito de los héroes modernos, los fuera de la ley que escapan de todo, los villanos atractivos que pueblan las historias de ficción y nos encantan.
Y todo eso empezó un día como hoy.
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