
Recientemente asistí, vía streaming, a un evento de lectura dramatizada. «De viva voz» es un proyecto actoral sorprendente, que aúna lectura de relatos clásicos, música e interpretación. El espectador siente la narración de una forma mucho más participativa, más envolvente. Puedes verte inmerso en la época en la que transcurre la acción, gracias a la labor de estos «lectores», que sirven como unos juglares modernos.
De la misma forma que aquellos narradores iban por los pueblos llevando la fantasía a la gente, con su habilidad para contar hechos reales o ficticios, pero de una manera apasionante, «De viva voz» trae la literatura a la gente, la personifica y la renueva. En una época en la que parece que todo está inventado, y en la que además España no es una de las mejores potencias en estadísticas de lectura, este proyecto me ha parecido revolucionario. El placer de asistir a un evento de esta clase es inmenso, te lo aseguro.
«De viva voz» tiene una larga experiencia en lecturas en vivo pero, lamentablemente, la situación de epidemia por coronavirus paralizó la gira que estaba prevista y obligó a que sus responsables se quedaran en casa. Por suerte, no estuvieron ociosos y reinventaron su espectáculo, con la posibilidad de llevarlo a cabo online.
Estos días pude asistir, desde el sillón de casa, a una terrorífica lectura de dos relatos de Edgar Allan Poe y de «Las que pintaron la oscuridad», de Óscar Navas; todo en la voz de Carlos Tolmo y Raúl García. Te aseguro que aún me dura el escalofrío en el cuerpo. Su interpretación llega de una forma tan intensa que pasas a formar parte de la acción, te implicas y te estremeces como uno más de los personajes del cuento. Es un deleite añadido a la simple narración de un texto escrito. Es una forma nueva y maravillosa de disfrutar de la lectura.
Si aún no los conoces, échale un vistazo a su página de Facebook en este enlace: «De viva voz».
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