
El género de fantasía siempre tiene un nuevo resquicio por el que investigar, una vuelta de tuerca que no esperas. La cantidad de historias que quedan por contar es infinita, aunque parezca mentira. O por lo menos la manera de contarlas. Si dicen que no hay nada nuevo bajo el sol, siempre nos quedará innovar en los modelos de narración, en los esquemas preconcebidos, para seguir sorprendiendo al lector.
Este año tan atípico ha aparecido este cómic en nuestro país y los hechos de locura que han tenido lugar después amenazan con hacer que se olvide. Pero «Costas salvajes» se merece todos los elogios posibles, como una de las mejores obras en cómic de los últimos años. Y lo es precisamente por su estilo clásico, que utiliza para contar una historia de siempre, pero a la vez muy moderna. Un tebeo de aventuras tradicional, pero justamente por eso muy interesante.
Todo empieza con un viaje, que es lo que trastocará la vida de los protagonistas. Alain Pierrefont abandona Londres en un barco que lo traslada a Calicut, la llamada «Ciudad de las especias», en la Costa Malabar. Pierrefont es un joven vampiro británico al que persigue un implacable cazador de vampiros, con el que ya se ha visto las caras en Inglaterra. Después de ese terrible incidente, que casi le cuesta la vida, el cónclave de vampiros al que pertenece toma la decisión de enviar a Pierrefont a un lugar lejano, donde esperan mantenerlo a salvo de su perseguidor. Y en esa época nada hay más lejano para un británico ni más diferente de su tierra natal que la India. El vampiro tendrá que acostumbrarse a un lugar nuevo, de sol intenso por el día y noches llenas de monstruos, algunos bastante más antiguos que él. Los colonizadores se convierten en presas y aquellos a los que miran con desprecio se revuelven con ferocidad y arrancan cabezas sin demasiados escrúpulos. De paso, la Compañía de las Indias Orientales quiere construir una carretera que le permita transportar las especias de una manera más cómoda, y está dispuesta a provocar una guerra civil para conseguirla. Y esa guerra no tendrá únicamente soldados humanos, también algunos que llevan sobre la tierra tanto tiempo que ya ni se acuerdan.
«Costas salvajes» es un cómic de fantasía histórica, un género poco habitual, que siempre aporta ideas originales. En este caso responde a la pregunta de qué habría ocurrido si, durante la época del colonialismo británico, hubieran existido los vampiros. Y claro, si en ese mundo hay vampiros en un bando, tiene que haber algo todavía más antiguo en el bando contrario, un ser mitológico proveniente de las leyendas hindúes, dispuesto a defender su patria con garras y fauces hambrientas.
«Costas salvajes» cuenta con un guion prodigioso a cargo de Ram V y un dibujo espectacular de Sumir Kumar y Vitorio Astone, autores todos ellos que conocen bien las localizaciones que aparecen en este cómic. Un estilo clásico y a la vez rompedor, un juego de viñetas y colores que definen cada lugar, cada personaje y cada acción. Invasores coloniales frente a viejos sabios, monstruos en un lado y en otro, que pelean por un resquicio de tierra. Una pura aventura de las de toda la vida.
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