Firmas y aventuras en Cinania Libros

Desde que llegó al mercado El cazador de tormentas, he tenido la suerte de compartir esta novela con mucha gente. Amigos, lectores, libreros, quiosqueros… Clubes de lectura, analistas históricos, bibliotecas… Reprografía, imprenta…

Nunca crees, cuando estás escribiendo un texto, que pueda llegar tan lejos o interactuar con tantas personas diferentes. Este mismo artículo podrá llegar a ninguna parte o a cualquier lugar del mundo. Es la magia de la sociedad en la que vivimos.

Pero luego está Cinania. Este rincón único se halla entre las librerías con más encanto de España y su dueño, Guillermo Moldes, es uno de los libreros más sabios y que mejor conoce a los lectores de los que puedas encontrarte nunca. Cada vez que alguien entra en Cinania se siente transportado a un reino mágico cuyas leyes pueden haber sido escritas hace décadas o ayer mismo, y que descansan sobre papel, grabados, fotografías, carteles o DVDs. Jardiel Poncela comparte estanterías con Lindsey Davis, Nathaniel Hawthorne, Robert E. Howard, Hal Foster, Lorca o Posteguillo. Tintín se codea con Alatriste, Lupin, Astrid & Audaz, Leónidas o la Liga de los Caballeros Extraordinarios. Las novedades del mes y los libros más antiguos. En definitiva, el hogar de la literatura en todas sus formas.

Y hasta ahí llegaron mis nómadas el 7 de mayo. Hijo de Azor, la abuela Bordón, el viejo Zahareño y todos los demás miembros del Pueblo Halcón abandonaron por un día el desierto de Zerzura, en lo más profundo de la antigua Nilidia, y se perdieron entre los pasillos de Cinania. Guillermo actuó como un perfecto líder de la tribu y los guio a todos, con sus dromedarios y sus tiendas, hasta meterse en los bolsillos de muchos lectores. Un libro ágil que cabe en cualquier sitio, pero cargado de aventuras en el desierto, y que ese día recorrió muchos hogares de Pontevedra.

En la tarde del día 7 estuve firmando en ese lugar maravilloso junto a mis bártulos: una daga medieval de madera, un trabuco, un sello de aduanas de Nilidia y una fuente llena de dátiles. El sueño estuvo allí y mucha gente increíble se acercó a compartirlo conmigo.

Os agradezco hasta el infinito todo lo que hacéis para mostrarse el cariño y el apoyo a esta novela.

El cazador de tormentas ha dejado de ser solo mi escrito y ahora es vuestro. Los nómadas se desplazan y llegan cómodamente hasta vuestras manos, dedicatoria incluida. La ruta por del desierto continúa.

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