Ese no es mi Superman (y otros debates frikis igual de absurdos)

El otro día, y con unas pintas de cerveza artesanal delante, un amigo me dijo de una forma más o menos textual: «El origen de Superman está en los cómics y lo que se cuenta en ellos es lo canónico: ese el verdadero Superman y todo lo demás son adaptaciones». Yo le contesté que había etapas realmente infumables y que incluso bastantes de ellas se contradicen entre sí al cabo de los años. Pero el debate acerca de qué Superman es más auténtico y cuál más errado siguió una ronda más.

Los superhéroes constituyen un fenómeno distinto a cualquier otro en el universo ficticio de la literatura. Ningún personaje ha saltado a tantos medios diferentes, ha vivido encarnaciones tan variadas y, sobre todo, ha sabido adaptarse a las distintas etapas de la humanidad. Por más populares que puedan ser Tarzán o Indiana Jones, su ámbito está mayormente circunscrito a una determinada clase de aventuras y a una época muy concreta de la historia, aunque ambos hayan sufrido viajes en el tiempo. En cambio, no tienen mucho que ver el Superman de John Byrne con el de Jerry Siegel y Joe Shuster, con el de Wayne Boring o con el Dan Jurgens y Lee Weeks. Y tampoco con el Superman de Kirk Alyn, el de George Reeves, el de Christopher Reeve, el de Brandon Routh o el de Henry Cavill. Cada momento y cada autor ha tenido su propio Superman, aunque en todos los casos haya existido un corpus de elementos del personaje que lo definen, un cómo es Superman que más o menos respetan. Aunque ni siquiera esto último está grabado en piedra.

Los elementos fundamentales son:

  • Proviene de Krypton, un mundo lejano que explotó y desde el que fue enviado a la Tierra con el nombre de Kal–El. Del planeta condenado llegaría también su mayor debilidad: la kryptonita, un elemento radiactivo capaz de matarlo.
  • Creció en Smallville, Kansas, a cargo del matrimonio formado por Jonathan y Martha Kent, unos pacíficos granjeros que le enseñaron las virtudes fundamentales de la humanidad y por qué hacía falta defender el bien y combatir la injusticia. Ellos lo llamaron Clark.
  • Desarrolló poderes que le permitían salvar a la gente de desastres naturales o de cualquier acto de violencia, y entonces quiso abandonar Smallville para recorrer el mundo y descubrir lo que debía hacer con sus capacidades sobrehumanas. En ese período de tiempo, actuó siempre de forma secreta, sin revelar al mundo de lo que era capaz.
  • Se mudó a Metropolis para estudiar Periodismo, con el fin de cambiar la historia mediante la palabra y no por la fuerza, y recaló en el Daily Planet, el periódico más renombrado. Allí conoció a Lois Lane, su reportera más famosa, de la que se enamoró enseguida.
  • Finalmente decidió asumir una identidad secreta para hacer el bien mediante sus poderes, sin que eso alterara su capacidad para llevar una vida corriente. Vestido con unas mallas rojas y azules, una capa roja a la espalda y una enorme S en el pecho, se convirtió en Superman, el defensor de los oprimidos.
  • Eso atrajo a multitud de villanos, todos ellos dispuestos a hacerse famosos por haber matado a Superman: Lex Luthor, Brainiac, Bizarro, Metallo, Mxyzptlk, los criminales de la Zona Fantasma o el mismísimo Darkseid. Y así dio comienzo una batalla eterna por la verdad, la justicia y el modo de vida americano. O algo parecido.

Hasta aquí lo que todos sabemos del Hombre de Acero. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja, ya que incluso estos hechos aparentemente establecidos han ido sufriendo variaciones con las décadas:

  • Proviene de Krypton, sí, pero en unos casos nació allí y en otros voló del planeta a bordo de una cámara de gestación que se abrió en la Tierra, por lo que técnicamente sería terrícola (etapa de John Byrne).
  • Actualmente su nombre kryptoniano es Kal–El, pero en un principio lo escribían Kal–L, y este quedó para el Superman de Tierra–2.
  • Sus padres kryptonianos se llamaban Jor–El y Lara (Jor–L y Lora en Tierra–2) y casi siempre despedían juntos al niño en su viaje interplanetario, salvo aquella vez en que el general Zod apuñaló al padre y tuvo que ser ella la que terminara el trabajo sola (en la película El hombre de acero).
  • La kryptonita no estuvo ahí desde el principio, sino que fue creada para el serial radiofónico del personaje, en una ocasión en que el actor estaba afónico y tuvieron que crear un episodio en el que apenas hablara, en ese caso por los efectos de un mineral radiactivo proveniente de su planeta.
  • Desde entonces, la kryptonita ha sufrido distintas versiones, a veces con colores y efectos variados según el estrato de Krypton del que hubiera salido.
  • Los Kent siempre fueron Jonathan y Martha (salvo en la novela de George Lowther de 1942, en la que se llamaban Eben y Sarah Kent). En unas versiones morían ambos, en otras solo Jonathan, en otras solo Martha y en las más recientes siguen vivos los dos para ayudar a su hijo adoptivo.
  • La infancia en Smallville también sufrió modificaciones, con Pete Ross y Lana Lang como sus grandes amigos, aunque en algunos casos Lana llegaba a conocer los poderes de Clark y a servirle de confidente. También en algunas historias aparecía por allí la Legión de Súper–Héroes, unos jóvenes del siglo XXX que querían a Clark Kent como amigo y compañero de hazañas, lo que haría con el nombre de Superboy.
  • Estudió Periodismo en Metropolis y a veces cuentan que tuvo una corta relación de amor con Lori Lemaris, una chica en silla de ruedas que resultó ser una enviada de Tritonis, uno de los dos reinos supervivientes de la Atlántida, es decir, era una sirena.
  • Después de un arriesgado salvamento que lo expuso a la opinión pública (o eso se dice desde Byrne para acá), asumió la identidad de Superman y empezó a llevar a cabo acciones heroicas sin que le importara ser descubierto. Y los villanos fueron apareciendo con el empeño de abatirlo.
  • La relación con Lois también fue distinta en unos momentos que en otros: la Lois de la Edad de Plata despreciaba a ese Clark tímido a la vez que estaba perdidamente enamorada de Superman, mientras que John Byrne describió en su etapa una sana relación de compañerismo/competencia periodística entre los dos reporteros, que acabaron manteniendo una relación sentimental con independencia del superhéroe.

Entonces, ¿cuál es el verdadero Superman? ¿Qué elementos son realmente claves a la hora de escribir una historia del primer superhéroe? Yo diría los dos siguientes:

  • Siempre se dedica a hacer el bien, incluso aunque pierda sus poderes, su vida se complique, sus seres queridos tengan que lamentar alguna complicación o admita que hay cosas que ni siquiera él puede arreglar en la vida (como en las versiones en que su padre adoptivo moría de un infarto). Hacer el bien es el objetivo último del personaje, no solo para cambiar el mundo en sus dos identidades, sino también, o incluso más importante que eso, para servir de brújula moral de las personas. Él siempre sirve como ejemplo a seguir, como reducto moral que nunca se rinde.
  • Esto anterior no lo hace a cualquier precio, porque la exigencia moral se la aplica a sí mismo antes que a cualquier otro. Superman no utiliza sus poderes para obligar a otras personas a actuar de determinada forma, sino que muestra lo valioso que resulta hacer el bien para que otros sigan el mismo camino. Podría atacar regímenes dictatoriales, arrestar por su cuenta a los malvados e incluso acabar con su vida. Pero entonces ¿cuál sería la diferencia? ¿Podría seguir llamándose héroe a sí mismo? No, Superman siempre hace lo correcto y de la manera correcta, y encima es más inteligente que sus villanos (y también que sus autores, la verdad).

Esa es la vía correcta para escribir las aventuras de un personaje distinto a todos, que ha vivido muchas épocas, pero que sigue siendo igual de fiel a sus principios. Cuando eso sigue ahí, cuando el Hombre de Acero aún responde a su naturaleza, dan lo mismo cuántas variedades de kryptonita haya o si Lana Lang conoce su secreto.

Cuando salva a la gente porque sí, tiende la mano y sonríe, estamos ante el verdadero Superman.

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